New York: un espacio nuevo para celebrar nuestros Raymis

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Arte por

@AdinasDoodles

Por Fabian Muenala

Históricamente las ceremonias y celebraciones las hemos germinado y desarrollado en conexión directa con nuestros espacios sociales y espirituales en nuestras comunidades de origen, pero por efectos de la migración hemos ido acomodando y re adaptando nuestras celebraciones a un nuevo contexto y espacios diferentes.

Por ejemplo para nosotros los Kichwa Otavalo comunidad de “mindalaes” formada por artesanos, comerciantes y músicos conocidos como los VIDA MASKAY inician sus primeras aventuras con Rosa Lema en 1949 cuando recibe la invitación del presidente Galo Plaza como embajadora de la misión cultural para promover la integración económica en la ciudad de New York (Flacso-Amico, Etnicidad y globalización. Pag. 18) Sin embargo tras de esta aventura, podemos decir sin temor a equivocarnos y siguiendo el presajio de Mama Dolores Cacuango hoy los kichwa Otavalo estamos esparcidos en el mundo como la paja de páramo que aunque nos arranquen volvemos a crecer.

Así la primera migración que se establece formalmente en este país fue aproximadamente 26 años atrás, en esos años nos sumamos a esta aventura cultural iniciado un verdadero cruce de fronteras culturales, de contribuir desde nuestras visiones nuestra lengua, nuestra cultura, la espiritualidad de nuestros pueblos, el arte, artesanía, música, danza, ceremonias, gastronomía, etc enriqueciendo la diversidad cultural de esta gran ciudad, pero también de compartir nuestros sentimientos de gratitud a la Pacha Mama, a Inti Tayta , a la herencia cultural que heredamos de los abuelos en un nuevo espacio social llamado New York; entonces es gratificante escuchar que distintos pueblos se empoderan del Inti Raymi, que la sociedad NewYorkina ha hecho suya la palabra Pacha Mama, como código de identidad cultural y espiritual ala que debemos protegerla y retribuirla con gratitud.

En sus inicios con temores y miedo al impacto de nuestra transición-cultural, miedo en perder la esencia de nuestras raíces culturales, miedo en irnos blanqueando de sentimientos y actitud, miedo y temor por nuestros hermanos que encontraron refugio a su soledad en las iglesias

protestantes que han copado con cientos de runas y que han sido obligados a renunciar su milenaria conexión espiritual con la Pacha Mama, con el Inti Raymi, con el Aya Uma.

Hemos seguido el camino, si, este corto caminar de 26 años nos reconforta y enorgullece que cada Inti Raymi prevalece con nuevas energías, re-vitalizada con nuevos jóvenes, re-acomodada con matices nuevos, con nuevos códigos lingüísticos que proyecta la misma gratitud de los abuelos.

Es interesante sentir y vivir nuevos sentimientos de vitalidad, ser partícipe de una energía joven que aprendió que a través del baile colectivo y en círculo es la mejor expresión de fuerza, coraje pero fundamentalmente unidad para que al unísono grito de unooooo, dooossss, treeesss , tas tas tas tas el retumbar de sus pies marcan sincrónicamente el latir de sus

corazones en conexión directa con el corazón de la madre tierra, este éxtasis de conexión y amor se refleja en todos los Inti Raymis creados, recreados y proyectados para dar gracias a la vida.

Juyayay Inti Raymi !!!

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